Páginas

22 septiembre 2010

Las 4 cartas: Prólogo. Flandes


Esta entrada pertenece a la campaña Las 4 cartas.

Nos encontramos en Flandes.  6 de diciembre de 1622. El grupo forma parte del Tercio Viejo de Zamora dirigido por el Maestre de Campo  Francisco de Bobadilla.  El grupo, esta acampado en la isla de Bommell entre los ríos Mosa y Waal, el tercio les debe 3 años de paga, pero los soldados españoles son conocidos por pelear aun sin  paga, no como los italianos. Están hambrientos, mojados y cansados en este infierno húmedo al que llaman Flandes.  A los  jugadores su Sargento Mayor, Juan de Tejeda,  les encarga que lleven a cabo una “encamisada” (una misión de comando para entendernos).  Y se adelanten hasta el pequeño pueblo  por donde esperan que lleguen las tropas enemigas. Deben dar cuenta de la artillería que puedan tener, pues en caso de que tengan mucha el tercio corre peligro. Si se diera el caso y pudieran destruir el carro de municiones que lo hagan.

Los pjs  se adelantan al pueblo de noche y en barca, y allí deben esperar.  La población local no es amigable pero no harán nada si no hay soldados Orangistas cerca, pero si los delatarán en cuanto estos lleguen. En breve empezaran a llegar los holandeses, efectivamente llevan artillería y un  gran carro lleno de pólvora.  Los holandeses empezaran a montar un campamento en el lindar del pueblo.  Si los pjs desean podrán tratar de volar las municiones.  De igual manera acaben como acaben,  cuando se retiren verán llegar las galeotas del Almirante Holak. Las cosas pintan mal para España.
Al regresar al campamento serán llamados por el propio Maestre de Campo que les preguntara sobre lo que vieron ante un mapa y sus oficiales.  Se les agasajara en caso de que volaran las municiones y  se les liberará de la guardia nocturna.
Esa misma noche llegará el ejército del Almirante Holak, es superior en número y tiene cañones en las galeotas,  pintan bastos para el tercio.  A primera hora de la mañana el tercio es conminado a rendirse, a lo que el Maestre de Campo se niega. Entonces los holandeses abren los diques,  empezando a crecer las aguas y todo el tercio se ve obligado a subir al pequeño monte de Empel dejando atrás las tiendas, raciones y otras cosas. Se volverán a entablar negociaciones, pidiendo la rendición y el español dirá de nuevo que no.
                En todo esto al regresar a su rincón de alguna guardia descubrirán que han sido robados por otros soldados y les ha desaparecido un queso (conseguido en la encamisada o suyo anterior),  y ellos verán que han sido los hombres al mando del Cabo Cañizares. Si se organiza una reyerta serán detenidos y amonestados  verbalmente.  
Los Holandeses no desean gastar pólvora, pero dispararan un par de salvas para amedrentar al tercio, tras ello volverán a entablar conversaciones instando a rendirse al Maestre de Campo, ya que no tiene posibilidades de victoria al estar rodeados de agua. El gran Maestre les dirá las siguientes palabras: «Los infantes españoles prefieren la muerte a la deshonra. Ya hablaremos de capitulación después de muertos». Ante ello Holak, les aseguró que atacarían al amanecer. 
Mientras tanto a los  Pj’s  se le encarga hacer una trinchera y uno que sea religioso descubre  enterrada una plafón de un retablo de madera con la imagen de la Inmaculada Concepción (¿Que hace enterrado en la cima de un monte?). Evidentemente se toma como una señal y cuando el rumor llega al Maestre de Campo ordena que se improvise un altar y el capellán organiza una misa en la que todo el tercio reza a la virgen arrodillado. Y en acabar la misa el Maestre de Campo proclama: "¡Soldados! El hambre y el frío nos llevan a la derrota, pero la Virgen Inmaculada viene a salvarnos. ¿Queréis que se quemen las banderas, que se inutilice la artillería y que abordemos esta noche las galeras enemigas?" A lo que el Tercio entero (y los jugadores) responden que sí. Se ordena que se preparen todos para atacar en la madrugada y cuando empiezan a retirarse un viento helado sorprende a los pjs y un copo de nieve es arrastrado. Mientras tratan de mal dormir en su agujero, un frio terrible les acecha y empieza a nevar de manera copiosa durante 4 horas… y de repente, alguien les despierta si han podido dormir. Les piden silencio y les indican que el rio esta helado.
Los holandeses confiados de su victoria ni siquiera han hecho guardias. Así que el tercio se dedica simplemente a caminar sobre el hielo hacia los barcos para asaltarlos.   El grupo asaltará un barco, y posteriormente  podrán ayudar al asalto de otro y alguno de los pjs tendrá la opción de salvar la vida al Conde de Fuenclara, un Grande de España. En el último barco un holandés tirará una linterna a la Santa Bárbara del barco y los pjs deberían quedar malheridos aunque vivos de la explosión.
El Master describe el final de la batalla con el Almirante Holak huyendo con las galeotas que le quedan y gritando: «Tal parece que Dios es español al obrar, para mí, tan grande milagro».

Después de tal lance se les ofrece la licencia y todos deciden aceptarla volviendo a España por el Camino Español, con los papeles de sus servicios y 3 años de paga esperando en Madrid, suficiente dinero para empezar de cero.


Si tienen cuantas pendientes por el  queso robado podrá haber un duelo, pero es importante que el cabo Cañizares se redima de alguna manera (perdiendo el duelo con honor o algo así), puesto que es un pj de sustitución (si alguno de los originales muere) perfecto.


Notas:
Todo esto está inspirado en una historia real (el milagro de Empel), aunque se ha cambiado el año.
Los papeles de los servicios corresponden a la siguiente imagen, si quieres como master puedes hacerles unos a cada uno de los PJ’s


2 comentarios:

  1. Y se creen que el gobierno pagará, santa inocencia.

    Roger

    ResponderEliminar
  2. Un gran momento historico para ambientar una partida, la cara de los holandeses al ver avanzar a los tercios por el hielo no tiene precio. XD

    ResponderEliminar